En el libro "Esta soy yo", la icónica actriz mexicana Silvia Pinal revela detalles inéditos sobre su relación amorosa con Emilio Azcárraga, un romance que comenzó en 1954 y que perduró a lo largo de cuatro apasionados años.
La historia de este vínculo amoroso se remonta a una reunión en casa de la amiga de Pinal, Gloria, donde Emilio Azcárraga, entonces novio de Rosa Arenas, captó la atención de la actriz, Silvia Pinal quien lo menciona en su libro.
"Él era novio de Rosa Arenas y estaba acostumbrado a ordenar a ser él quien decidiera ya que todo el mundo accediera a su menor capricho, pero conmigo no pudo. Yo tenía una trayectoria en cine y no necesitaba nada de él. Tal vez por eso congeniamos tanto y terminamos siendo amigos y luego algo más", explicó.
La actriz, conocida por su fuerte personalidad y exitosa carrera en el cine, se negó a ser dirigida por Azcárraga en ese primer encuentro, estableciendo así el tono para una relación que sería, según sus propias palabras, "Contra viento y marea toda la vida".
Silvia Pinal, además, revela en su libro el lado bromista y divertido de Emilio Azcárraga, un hombre que, a pesar de su seriedad en el trabajo, demostraba ser tremendamente humano y divertido en lo personal.
Entre las anécdotas compartidas por Pinal, destaca el juego de las cucharas, donde Emilio no perdía la oportunidad de tomarle la mano de forma bromista. También recuerda momentos significativos, como cuando Emilio la ayudó a mudarse a su casa del Pedregal tras su divorcio. "Emilio no paraba de sudar al tiempo que me decía en mi vida he visto una mujer que tenga tanta ropa", relata la actriz.
Aunque la relación estuvo marcada por la presencia de otra novia, Rosa Arenas, Silvia Pinal confiesa que ninguno de los dos vio problemas para iniciar su romance. Emilio Azcárraga, descrito como un "desgraciadísimo mujeriego divino", mantenía una relación ambigua entre ambas mujeres, algo que, según Pinal, causó más de un lío.
La actriz culmina su relato con una cita reveladora: "Miren qué lío me metí yo por supuesto No quería ni verlo hasta que me convenció qué quieres la carne es débil”.