Cristina Romo Hernández, fue una reconocida periodista mexicana que lamentablemente falleció a los 82 años, debido a una enfermedad muy agresiva, que de acuerdo a diferentes medios se trató de “cáncer de estómago". La periodista, fue conocida como “Cristina Pacheco”, debido a que adoptó el apellido de su esposo el aclamado actor, José Emilio Pacheco.
Cristina y José Emilio Pacheco protagonizaron una historia de amor de más de 53 años, se conocieron en sus años universitarios gracias a Carlos Monsiváis, quien es otro de los grandes escritores mexicanos.
Se dice que al poco tiempo de conocerse, ambos literatos ya vivían juntos, pues su amor por la escritura, así como sus convicciones e ideales hicieron que sus caminos coincidieran y desde entonces caminaron juntos. Más tarde se sumaron a su vida sus hijas, Laura Emilia y Cecilia, Pacheco, quienes los acompañaron hasta el último minuto de sus vidas.
El autor, quien falleció hace algunos años, siempre acompañó a Cristina Pacheco en sus procesos de escritura, aunque según comentó en entrevistas, nunca fue en el modo de “maestro”, sino como colegas.
“Me levanté del escritorio porque reapareció frente a tu ventana el colibrí que tanto te gustaba. Si él regresó, es imposible que no regreses tú”.
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) December 21, 2023
Esta es la conmovedora carta que Cristina Pacheco le escribió a José Emilio Pacheco cuando el poeta falleció ✍️ ❤️ pic.twitter.com/sENzGYEGQy
Cristina Pacheco le escribió una carta póstuma a José Emilio Pacheco
Tras la muerte del escritor, Cristina Pacheco le dedicó una emotiva carta a su esposo la cual público en un importante periódico para el cual la periodista fue columnista, bajo el nombre: “El viajero”.
¿Qué dice la carta de Cristina a José Emilio Pacheco?
“Para suplir nuestras interminables conversaciones, siempre que te ibas de viaje nos llamábamos y nos escribíamos cartas. Las hojas de papel nunca bastaban para que nos dijéramos lo que nos sucedía, a ti en un ambiente nuevo y a mí en el que conoces de sobra porque lo hicimos juntos”
Para evitar esos huecos se te ocurrió que lleváramos cada uno un diario a partir de nuestra despedida en el aeropuerto o en la estación. Ese registro siempre me ha hecho imaginar que no te has ido, por eso de una vez comienzo mis anotaciones en este cuadernito y no en una libreta, como siempre.
Los arreglos para tu viaje fueron muy complicados. Decidir qué ibas a meter en la maleta nos tomó horas, aunque mucho menos que ordenar en folders los textos que pensabas corregir una vez más. No dispuse de un minuto libre para ir a la papelería, así que estoy usando el cuadernito que nos mandó Almudena Grandes: El lector de Julio Verne.
Me encanta, porque tiene aspecto de útil escolar, lástima que sea tan delgado. Mañana compraré una libreta gruesa (donde copiaré lo que escriba hoy) y luego otra y otra, porque tu viaje esta vez será muy largo. Por favor, tú también escribe el diario, pero no en papelitos sueltos, sin fecha, que luego tengo que ordenar como si fueran partes de un rompecabezas.