Alejandra Guzmán tiene una relación sumamente inestable con los medios de comunicación, esto dado que no siempre está de humor para dar entrevistas en varias ocasiones ha agredido a reporteros, pero recientemente, lejos de ello, la famosa compartió declaraciones cargadas de honestidad en un encuentro con la prensa en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Para sorpresa de muchos, pese a que fue cuestionada sobre temas delicados, la famosa se mostró bastante amable con los medios de comunicación presentes y accedió a hablar sobre varios temas, incluyendo la prueba de ADN que se realizó su hermano, Luis Enrique Guzmán.
Alejandra Guzmán habla de la paternidad de su hermano Luis Enrique Guzmán
Pese a que los resultados de la prueba de paternidad del hermano de cantante no han sido revelados a la audiencia, Alejandra expresó que la verdad saldría a la luz y detalló que pase lo que pase, su familia seguirá en contacto con el menor, dado que están ya muy encariñados con él.
“Hasta que salió la verdad. La verdad es la verdad. Y les voy a decir una cosa: Toda la vida me he callado porque prefiero cantar, prefiero decir la verdad”, fueron las palabras de la famosa, quien también se refirió a su propia hija diciendo que le deseaba lo mejor.
Acusan a Alejandra Guzmán de atender a la prensa en estado de ebriedad
Dado que las respuestas de la cantante eran bastante ambiguas, más que sus palabras, la atención de algunos conductores de programas de espectáculos fue la forma en la que Alejandra se expresó, pues la cantante parecía arrastrar las palabras, lo que generó preocupación y especulación sobre su estado al momento de dar las declaraciones.
Esto dio pie a un rumor que rápidamente comenzó a circular, sugiriendo que Alejandra Guzmán podría haber llegado a México bajo los efectos del alcohol, pues su dicción al hablar era poco clara y fue sumamente directa al hablar de temas delicados.
Tal fue la impresión que causó este breve encuentro con los medios que periodistas como Gustavo Adolfo Infante y María Alvarado, calificaron a la cantante como “ingobernable”, insinuando que su comportamiento era difícil de manejar y predecir.