Las series coreanas han tomado gran relevancia en las plataformas de streaming, tal es el caso de la serie El Juego del Calamar que hace unas cuantas semanas se convirtió en una de las series más vistas de Netflix en toda su historia.
Rumbo al infierno es otra de esas series coreanas con las que Netflix espera replicar el éxito que tuvo con la serie que lideró por varias semanas las listas de popularidad, pero ¿De que trata? Aquí te decimos todo lo que necesitas saber.
Rumbo al infierno narra la historia en la cual diferentes entidades etéreas que son de origen desconocido comienzan a condenar al infierno a ciertos individuos por los actos que realizan.
Además, presenta acontecimientos sobrenaturales que poco a poco comienzan a desatar el caos en la sociedad al mismo tiempo que la organización religiosa llamada Nueva Verdad cada vez va más en aumento.
En resumen, es una serie que revela la existencia infernal a plena luz del sol en las calles de la conglomerada ciudad de Seúl frente a la mirada de los ciudadanos quienes descubren que existen entidades misteriosas, así como criaturas ultraterrenas que se materializan para matar brutalmente a los condenados.
Quiénes son los personajes de Rumbo al infierno
Los protagonistas de esta nueva serie que se espera sea todo un éxito a lo largo de los 6 capítulos que contempla, tratarán de evitar ser aniquilados por las criaturas y además se convertirán en investigadores que tratarán de descubrir que es lo que este sucedido y qué es lo que ocasionó que las criaturas llegarán a Seúl.
Jin Kyeong-hoon es uno de los principales protagonistas de la serie y se trata nada más y nada menos que de un clásico policía con una vida complicada quien es el encargado de investigar cada uno de los sucesos extraños en el mundo real.
Jeong Jin-soo es el líder de la Nueva Verdad quien es el jefe de un verdadero culto de millones de seguidores pero al mismo tiempo un enemigo temido por las propias criaturas del más allá y que va generando un fanatismo cuyas similitudes con algunos hechos quizá no son tan casuales como se quiere dar a creer.