Los Cheetos son botanas muy populares alrededor del mundo, de hecho existen variaciones de acuerdo a cada país como en Japón que se pueden encontrar de sabores como camarón, aguacate o Pepsi. En México existen al menos siete variaciones como los puffs, flamin hot y los torciditos que son los clásicos y se pueden encontrar en cualquier tienda, pero, ¿sabes de qué están hechos?
Los Cheetos se inventaron en 1948 por el estadunidense Charles Elmer Doolin, quien unos años antes creó la marca Fritos. Los primeros lotes de Cheetos se elaboraron en la cocina de investigación y desarrollo de la compañía en San Antonio, Texas y la idea era que se vendieran a nivel nacional; sin embargo, al ver el éxito que la botana tuvo que el creador se asoció con el empresario Herman Lay.
Las buenas ventas siguieron en Frito-Lay hasta que la empresa fue adquirida en 1965 por PepsiCo, lo que permitió comercializar Cheetos fuera de Estados Unidos, primero en el resto de América y luego en Europa y Asia.
Hace tiempo comenzaron a compartir en redes sociales videos en los que personas aparecían prendiendo fuego a los Cheetos y aseguraban que estaban hechos de cartón, pero esto es totalmente falso, en realidad son botanas hechas de harina de maíz, este ingrediente es el que le da la textura airosa que de hecho provoca que no tengas sentimiento de saciedad.
De acuerdo con la Revista del Consumidor, si bien los Cheetos no están hechos de cartón, no es un alimento saludable pues el 35 por ciento de la grasa total del producto es grasa saturada. El producto está hecho de harina refinada, grasas, sales y colorantes químicos.
La estructura básica de los Cheetos está hecha de harina de maíz y una vez que se tienen se pasan a otra área que es en donde se les agrega el “polvo de queso”, este está compuesto de queso cheedar deshidratado y se combina con otros ingredientes como aceite vegetal, harina de soya, sal, chile, ácido cítrico, ácido láctico, guanilato de sodio, suero de leche, azúcar.
Los Cheetos también continen glutamano monosódico una sustancia que ayuda a conservar la consistencia y sabor de la botana pero que interfiere directamente con los centros de saciedad, generando un sobreconsumo, además para darles su color característico se le agregan colorantes tartrazina, amarillo ocaso y rojo allura, mismos que han sido asociados con problemas de salud, especialmente en menores de edad.