El toronjil, también conocido como Agastache mexicana, es una planta de la que constantemente escuchamos hablar cuando se trata de herbolaría mexicana, pues muchos afirman que puede proporcionar múltiples beneficios a la salud, por eso, en esta ocasión te contamos todo lo que debes de saber antes de probar un remedio casero que implique la utilización de esta especie.
Lo primero que debes de saber es que el toronjil morado es una planta aromática originaria de México, por lo general nace en climas cálidos, semicálidos y templados, pero está fuertemente relacionado con los bosques tropicales.
La planta mide entre 40 y 60 centímetros, pero hay algunos casos de plantas que llegan a medir hasta un metro y medio de altura, tiene hojas en forma de lanza o dentadas, flores en racimos terminales y en su parte inferior son más anchas que en la superior.
¿Para qué sirve el toronjil?
De acuerdo con la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, esta planta se utiliza comúnmente cuando hay problemas gástricos como dolor de estómago, cólico, dolor intestinal y empacho, pero también hay registro de algunas comunidades en las que se dan infusiones en caso de dolor de pecho y corazón.
¿Efecto relajante?
Por otra parte, en el boletín Boletín UNAM-DGCS-009 del 5 de enero de 2014 se menciona que investigadores del Instituto de Química y del Instituto Nacional de Psiquiatría encontraron que tanto el toronjil rojo, morado y blanco tienen un efecto sedante, por lo que tienen un efecto tranquilizante cuando se usa en aromaterapia y masajes relajantes.
Si bien, hace falta hacer varias investigaciones para comprobar estos efectos, en la historia de la herbolaria mexicana hay registros de lugares de México en los que se preparan infusiones con fines tranquilizantes.
Contraindicaciones
Aunque se trate de un ingrediente de origen natural, no está descartado que pueda provocar efectos secundarios, pues hay personas sensibles a las sustancias que la planta segrega. Entre las principales molestas que se han detectado están la caída de presión arterial, disminución de la frecuencia cardíaca y somnolencia, pero no se descartan algunos otros.