La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que se desarrolla principalmente en adultos mayores pero que puede también presentarse en personas jóvenes, se trata de un padecimiento autoinmune lo que quiere decir que el mismo sistema inmune ataca los tejidos del cuerpo, dañando no solo las articulaciones, en muchos casos también la piel, los ojos, pulmones o corazón, esta enfermedad provoca una hinchazón dolorosa que desencadena deformidades en las articulaciones, no es curable ya que es causada por nuestro propio organismo y a pesar de que hay tratamientos efectivos, aún puede causar discapacidades.
Los primeros síntomas de la artritis reumatoide son la sensibilidad en articulaciones e hinchazón, rigidez e incluso cansancio, fiebre o falta de apetito, pero estas no son las únicas señales que indican la presencia del problema, usualmente los signos comienzan a mostrarse mucho tiempo antes y existe la posibilidad de que se desarrolle de manera prematura, los signos que la delatan no son fáciles de identificar, pero suelen aparecer problemas en la piel, los ojos, el corazón, los riñones, las glándulas salivales, el tejido e incluso en los vasos sanguíneos, una de las características más confusas es que los síntomas aparecen y desaparecen por periodos indefinidos.
Hay mucho misterio aún sobre lo que causa la enfermedad, los médicos no han podido detectar factores que la desencadenan, aunque se sabe qué hay relación con la genética, no significa necesariamente que sea hereditaria, únicamente existe una predisposición a padecerla o a ser más susceptible a desarrollarla, pero existen algunos factores clave que pueden aumentar el riesgo de padecerla como ser mujer, ya que las mujeres tienen más probabilidades de desarrollarla o el tabaquismo y obesidad, además es más probable que se padezca en la mediana edad, pero en en realidad ahora se sabe que no es una enfermedad relacionada con este factor y aparece en jóvenes también.
Signos de la artritis juvenil
- Hinchazón
- Rigidez
- Enrojecimiento
- Calor o dolor en la articulación afectada
- Fatiga,
- Insomnio
- Falta de apetito
- Pérdida de peso
Estos síntomas, como se mencionó antes pueden variar de persona a persona, no siempre se tienen todos a la vez y no son constantes, muchas veces se experimentan sólo algunos días, su intensidad y frecuencia puede aumentar con el tiempo, por ello es Importante que se acuda al médico si se tienen sospechas de que se padece la enfermedad, hay muchos tipos de tratamientos que pueden ser efectivos combatiendo los malestares.
El diagnóstico de esta patología se realiza a través de la exploración física y algunos estudios como análisis de sangre, pruebas del factor reumatoide y radiografías para detectar presencia de erosiones. Una vez que se detectó la enfermedad se inicia un tratamiento que busca retrasar las complicaciones y un buen control de la enfermedad.