El limpiador facial es un básico dentro de la rutina de belleza que busca cuidar la piel. Gracias a él, este tejido puede mantenerse limpio y libre de impurezas, las cuales pueden llegar a provocar exceso de grasa y granitos. Es muy importante NO limpiar el rostro con productos que no son específicos para él, pues la piel de esta zona es más delicada y debe tratarse con productos que se centren en sus necesidades principales.
El limpiador facial ayuda a mantener la piel limpia, pues se encarga de eliminar el sudor, exceso de sebo, bacterias, partículas y cualquier tipo de suciedad que pueda poner en riesgo la salud de esta zona. Hay quienes no le dan la importancia necesaria y recurren a otro tipo de productos poniendo en riesgo el bienestar del rostro.
El limpiador facial es mucho más suave que otros productos como los jabones corporales, por ello la importancia de aplicar productos específicos y evitar alguna alergia, reacción o infección.
Cabe mencionar que existen distintos limpiadores faciales y varían dependiendo del tipo de piel (mixta, grasa o seca) además de problemas como acné, resequedad y deshidratación. Cada textura del limpiador es diferente con el fin de satisfacer cualquier necesidad.
¿Cómo se aplica?
Por lo general puedes encontrarlos en geles y espuma, los cuales deberás complementar con agua para que se forme una espuma y remueva las impurezas. Hay oros como el aceite, leche y crema, los cuales puedes aplicar con un algodón ayudando a nutrir tu piel.
Si has probado con varios y han generado alguna reacción o salpullido, es importante que recurras a un especialista para que te ayude a elegir el correcto, pues cada uno contiene distintos ingredientes que no siempre son de lo más amigables con la piel.
Un especialista en la piel o dermatólogo podrá canalizarte con el mejor producto. Así que ya lo sabes, cuida muy bien de tu rostro e incluye este producto de belleza en tu rutina.
