Gran parte de lo que aprenden los niños se da mediante la imitación, es por ello que en sus primeros años de vida muestran interés en todas las actividades que ven realizando a sus padres, las labores del hogar son parte de ello y es importante que se les permita participar de ellas aunque no las realicen a la perfección.
La mayor parte de los padres suelen priorizar otras actividades sobre las labores domésticas como parte de la educación de sus hijos, esto a pesar de que en su infancia, los padres sí las desempeñaron en sus hogares como parte de su rutina.
Un estudio realizado por la compañía privada Braun Research concluyó que el 82% de los padres encuestados no inculcan a sus hijos el habito de realizar labores domésticas, este tipo de actividades que muchos consideran tediosas, son necesarias para que los niños adquieran la capacidad de sentir empatía, solucionar problemas y responsabilizarse.
Según Deborah Gilboa, quien escribió una guía para integrar a los pequeños a los quehaceres domésticos, es recomendable que se empiece a delegar labores sencillas a los niños desde que tienen 4 o 5 años, pero desde que aprenden a caminar puedes comenzar a incluirlos como ayudantes.
Cuando crecen pueden comenzar con tareas simples que van desde clasificar coas, hasta ordenar sus propios juguetes, se debe permitir que realicen las tareas ellos solos y corregir con amabilidad si cometieron algún error para que no asocien la actividad con molestia.
De los 6 a 8 años es recomendable que realicen actividades más complejas, puede ser dar de comer a las mascotas, lavar sus platos o limpiar su habitación, en esta etapa es importante que se tengas labores periódicas para que se forme un hábito permanente en los niños.
El nivel de responsabilidades debe ir creciendo mientras ellos mismos crecen, esto es importante ya que los hará un poco más independientes de sus padres y en un futuro tendrán las herramientas necesarias para hacerse responsables de sí mismos.