La hepatitis es una enfermedad que ocasiona inflamación en el hígado, se trata de un órgano vital que tiene varias funciones, siendo la principal la de filtrar sangre, pero también se encarga de procesar nutrientes, descomponer sustancias, producir bilis, controlar el nivel de hormonas y algunas otras que son de gran importancia para la salud en general, es por ello que cualquier cosa que pueda afectar a este importante órgano es bastante perjudicial, tal es el caso de la hepatitis ya que es una de las enfermedades que interrumpe las funciones pues un hígado inflamado no puede ejecutar las de forma correcta.
La hepatitis usualmente se divide en varios tipos el tipo A, B, C, B, D y E, cada uno de ellas implica una inflamación en este órgano pero sus causas pueden ser distintas, la enfermedad puede ser curada de forma bastante rápida o puede volverse un padecimiento crónico, lo que a largo plazo ocasionaría un daño hepático, la diferencia entre una hepatitis curable y una hepatitis que termina siendo más grave depende en gran medida del tipo y de las enfermedades que la persona padezca además de esta.
¿Qué causa la hepatitis?
La hepatitis puede estar provocada por tres factores principalmente, por un virus, la cual es llamada hepatitis viral, por el consumo de alcohol, de alguna droga o medicamento de forma constante o simplemente por una mal funcionamiento del sistema inmunológico es decir una enfermedad autoinmune que provoca que las mismas células del cuerpo ataquen a las células hepáticas.
¿Cuáles son los tipos de hepatitis?
Hepatitis A
Esta se transmite por el consumo de algún alimento contaminado y provoca una infección que de la cual una persona se puede recuperar al cabo de algunas semanas, los síntomas de este tipo de hepatitis son fiebre, cólicos estomacales, la coloración amarillenta de la piel y ojos, fatiga, pérdida de apetito y orina oscura.
Hepatitis B
Éste tipo de hepatitis es crónica, se transmite por contagio cuando se está en contacto con líquidos corporales de una persona infectada, esto incluso en cantidades microscópicas, este tipo de virus es el más peligroso pues a la larga puede provocar cirrosis o cáncer, pero si se detecta tiempo se puede evitar que la enfermedad avance, además claro de que existe la vacuna que ha evitado su incidencia.
Hepatitis C
Éste tipo de hepatitis se transmite a través de transfusiones sanguíneas o al compartir jeringas, hacerse piercings o tatuajes con instrumentos que están contaminados, no hay una vacuna pero en muchos casos la enfermedad es eliminada por el sistema inmune de forma bastante espontánea, en algunos casos puede requerirse a tratamiento médico, pero la mejor manera de prevenir la enfermedad es evitar exponerse al virus con higiene.
Hepatitis D
Este tipo de hepatitis requiere que exista el virus de la hepatitis B para sobrevivir, es decir que se puede obtener después de padecer la hepatitis tipo B, lo que ocurre es que causa una infección mucho más grave y se da por compartir objetos de higiene de uso personal, como jeringas, por contacto sexual sin protección e incluso puede ser hereditaria.
Hepatitis E
Por último la hepatitis es muy similar a la hepatitis tipo A, no cuenta con una vacuna y para evitarla la única forma es extremando medidas de higiene evitando el consumo de alimentos contaminados, afortunadamente esta no causa una enfermedad crónica.
