Por años se ha hablado de la importancia de reciclar y de evitar el uso de plásticos en nuestro día a día. Y es que, el uso desbordado de este material, puede causar daños a nuestra salud y muchas de las partículas estarían en los alimentos que consumimos día a día.
Lo anterior ha sido confirmado por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), organización que ha hecho investigaciones sobre el plástico en los alimentos marítimos. Se estima que, una ración de mejillones de 225 gramos podría contener hasta siete microgramos de microplásticos; sin embargo, otros estudios hablan de nanoplásticos, donde los trozos de este polímero también abundan.
Otros alimentos que pueden contener microplástico son sal de mesa, la miel, la cerveza y hasta en el agua de beber, la del grifo y la embotellada, además de mariscos, sardinas, mejillones, almejas, manzanas, peras, zanahorias, nabos, chirivías, brócoli o lechuga, solo por mencionar algunos.
Los microplásticos están presentes en varios alimentos que consumimos
Por su parte, la universidad australiana realizó otra investigación publicada en WWF, que sostiene que ingerimos cinco gramos de plástico a la semana. Lo anterior podría ser nocivo para nuestra salud y generar enfermedades pulmonares, de asma, inflamación, estrés oxidativo y más.
Aitor Sánchez lanzó un libro llamado 'Tu dieta puede salvar el planeta', en el cual habla sobre el consumo de microplásticos: "Todo nos hace pensar que la tendencia [a ingerir microplásticos] seguirá en aumento, y todavía no se ha evaluado la toxicidad de los aditivos, monómeros y polímeros más comunes que encontramos en el plástico".
Hombres y mujeres deben comenzar a generar consciencia sobre el uso de plástico en cantidades contundentes, por lo que se recomienda tener buenos hábitos de reciclaje. También se deben de evitar otros productos como cubiertos desechables o popotes de plástico, además de no comprar botellas de plástico.