La actriz de ‘Sex And the City’ Sarah Jessica Parker, es una de las grandes referencias de la cultura pop gracias a su papel en las películas y series que la llevaron a Hollywood y aunque ahora la podemos ver triunfando en diferentes proyectos por la gran popularidad que tiene, la realidad es que su historia de vida no ha sido nada sencilla.
Para llegar hasta donde está ahora, ha tenido que atravesar distintos obstáculos que se le han presentado en su vida, principalmente cuando era niña, pues se enfrenta a experiencias muy traumáticas que no todo niño es capaz de lidiar con ello.
La tan aclamada actriz, nació el 25 de marzo de 1965 en Nelsonville, Ohio, Estados Unidos, un lugar muy pequeño que es considerado un pueblo con un máximo que no tenía más de 5 mil habitantes. En él, creció junto a su familia, ocho hermanos y de su mamá, quien después de haberse separado, cambió por completo su vida con el padre de sus últimos cuatro hijos, hermanos de Sarah.
Debido a la cantidad de personas en su familia, los recursos en ella nunca eran suficientes para abastecer las necesidades de todos, por lo que recibía ayuda del gobierno a través de la comida que le daban en la escuela, lo que la llevó a ser una niña rodeada de bullying.
Ella ha expresado lo que vivió en su niñez y no ha sido nada parecido a su vida actual. “Me acuerdo de ser pobre. No había manera de esconderlo. A veces no teníamos electricidad. A veces no podíamos festejar la Navidad, o los cumpleaños; o llegaban los cobradores, o la misma compañía de teléfono llamaba para avisar que nos iban a cortar la línea. Y teníamos edad suficiente para atender las llamadas, o ver las reacciones de mi madre, o a mis padres haciendo malabares con la plata”, relató ante las cámaras en una ocasión.
Barbara, su mamá, la ayudó a luchar y seguir sus sueños, además de que desde muy corta edad la apoyó para salir de la difícil situación que se encontraban atravesando. Fue con el gran hábito de la lectura que le enseñó una de las cosas más determinantes en la vida de una actriz, además de que siempre la impulsó para que asistiera a eventos culturales que generalmente eran gratuitos.
Su constancia y dedicación la llevaron a desarrollar su talento en canto, baile y otras cosas que no destacaron mucho después, pero sí la llevaron a una audición a los 11 años, para un papel en la obra de “Los inocentes” que estuvo bajo la dirección de Harold Pinter.
Con ello, logró destacar en su carrera artística, hasta conseguir su primer papel protagónico con él el personaje de “Flora”, en donde además su hermano también consiguió trabajo como asistente de Harold.
Su talento también la llevó a ser parte de la obra teatral “La novicia rebelde”, en la que también participaron sus hermanos y se convirtió en una parte muy importante para la economía de su familia y su mamá también se convirtió en vestuarista del elenco de la obra.