Este domingo se cumple una semana desde que Vicente Fernández falleció en un hospital de Guadalajara luego de estar poco más de cuatro meses internado por una aparatosa caída que sufrió en su habitación en el Rancho de los Tres Potrillos.
Desde ese mismo domingo 12 de diciembre comenzaron los homenajes al Charro de Huentitán en la Arena VGA que es propiedad de la familia Fernández a la cual tuvo acceso el público para darle el último adiós.
Durante estos homenajes su hijo Alejandro Fernández le cantó Amor de los dos, una canción que solía cantar con él, además fue ahí donde se ofició la misa de cuerpo presente del cantante, el sacerdote quien ofició la misa en entrevista para Ventaneando también reveló como fueron los últimos momentos del cantante pues a petición de la familia acudió a darle los santos oleos al intérprete de “Mujeres divinas”.
Según lo que relató fue Gerardo Fernández quien lo contactó para que acudiera al hospital a darle la “unción de los enfermos” a Don Chente, el sábado 11 de diciembre en la mañana. “Que si puedes venir a darle la unción de los enfermos’, pero el hijo ya quebrado, ya llorando. Y fui”, narra el sacerdote.
Asimismo, contó que toda la familia estaba reunida en la sala de hospital donde le rezaron y le puso los santos óleos al cantante, además dijo se sintió privilegiado por presenciar ese momento de unión de la familia Fernández.
“Estaba toda la familia ahí reunida, y pues ahí le rezamos y le puse los santos óleos, yo se los puse, cuando llegó al hospital, el día que llegó, y cuando se fue, o sea, ocho horas antes o nueve, algo así, de que lo llamaran, porque fue el día 12, que fue muy significativo pues también para él, porque él era muy Guadalupano. Son momentos, pues difíciles, estaban los nietos y le decían ‘ahora vas a cantar en el cielo, a Dios’, son momentos fuertes, que tuve el privilegio de estar ahí, porque ellos me llamaron”, contó.
En la misma entrevista el sacerdote confesó que Vicente Fernández estuvo consiente hasta sus últimos momentos de vida, pues le hablaban al oído y hacía señas; incluso le respondió a su esposa Cuquita.
“Yo creo que estaba consciente, porque le hablaban al oído, y hacía señas de que entendía, por ejemplo, le decía Cuquita ‘vamos a casa’ y él decía con la boca, parecía que decía ‘casa, vámonos a casa, te amo’, un momento muy fuerte, muy emotivo, de un cariño, de una grande unión entre todos, pues ahí todos, uno por uno fueron desfilando abrazándolo, besándolo”, expresó.