Édgar Ricardo Arjona Morales, conocido simplemente como Ricardo Arjona, es uno de los artistas latinoamericanos que más éxito ha tenido, pues se tiene contabilizado que a lo largo de su carrera ha vendido más de 20 millones de copias de disco; sin embargo, no solo ha destacado en la música, también tiene un poco conocido, pero muy exitoso pasado como basquetbolista.
Ricardo Arjona nació el 19 de enero de 1964 en Jocotenango, Guatemala y desde muy niño comenzó a interesarse por la música y a los 12 años ganó el Festival Infantil Juventud 74 en el que interpretó “Gracias al mundo”, una canción compuesta por su padre.
Arjona estuvo interesado en la música, pero también en el basquetbol, de hecho tenía una carrera prometedora en el deporte, pues por sus habilidades fue elegido para formar parte del equipo nacional de Guatemala, con el que realizó una gira por Centroamérica.
Con su equipo, Leones de Marte, Ricardo Arjona no solo acudió a varios países para competir, sino que en un partido obtuvo 79 puntos, un récord que duró 18 años y no fue hasta el 2005 que pudo ser batido por alguien más.
Según testigos, Ricardo Arjona era muy disciplinado para los deportes, ya que también era bueno para el futbol, pero fue al basquetbol al que le dedicó muchas horas de práctica y hasta la fecha, su entrenador lo recuerda por su interés: “Muy serio al representar su papel de basquetbolista, era muy tranquilo. Él separaba el deporte y la música”, dijo Enrique Amaya, su ex entrenador, en entrevista para Prensa libre.
De acuerdo con el ex entrenador de Ricardo Arjona, el música comenzó como base, pero debido a que mostró talento desde los primeros entrenamientos, pronto se convirtió en anotador y era muy querido por sus compañeros, quienes celebraron a lo grande el récord de 79 puntos que logró en un evento realizado en el estadio Teodoro Palacios Flores.
“Arjona recibió constante colaboración del resto de sus compañeros para dejar esa cifra que, indudablemente, va a ser difícil de superar por un buen tiempo”, se publicó el periodista Rafael Mejía en aquel entonces.
Dos años después; es decir, en 1985, Ricardo Arjona siguió su carrera musical y grabó Déjame decir que te amo y con la llegada de su primer disco tuvo que decidir a cuál de sus pasiones le dedicaría más tiempo y fue así como se alejó del deporte, pues cada vez su carrera artística le demandaba más actividades en su agenda.
De acuerdo con el músico, tras dejar el basquetbol, Ricardo Arjona también se graduó de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala, pero solo lo hizo porque era una promesa que le hizo a sus padres, pues estaba decidido a triunfar en la música y creía que nunca ejercería su licenciatura.
El resto es historia, pues Ricardo Arjona triunfó sobre los escenarios, pero su gusto por el basquetbol sigue intacto, pues aunque ya no forma parte de un equipo, no es raro verlo como espectador en los juegos de la NBA.