Karla Panini tiene un polémico matrimonio con Américo Garza, pero antes de su relación con el ex esposo de Karla Luna, la ex Lavandera estuvo casada con Óscar Burgos, quien a más de una década rompió el silencio y afirmó que su boda fue lo más “horrible del mundo”.
Aunque las bodas son motivo de felicidad y la idea es que tanto los novios, como los invitados disfruten de un agradable momento, así no fueron las cosas para Óscar Burgos, el comediante conocido como ‘El perro Guarumo’, pues confesó que su boda con Karla Panini fue una experiencia horrible.
Resulta que hace 14 años, Karla Panini y Óscar Burgos trabajaban para Televisa Monterrey y cuando anunciaron que se casarían, la televisora ofreció hacerse cargo de los gastos de la fiesta a cambio de que fuera televisada y pudieran intervenir en algunas decisiones.
La boda de Oscar Burgos y Karla Panini. pic.twitter.com/yLOrhxKL
— @robaClubLavanderas (@FanLavanderas1) November 5, 2011
En el programa ‘Viejos lobos de mar”, conducido por Poncho de Nigris, Óscar Burgos confesó que dejar que Televisa pagara la boda fue lo que arruinó todo, pues aunque no escatimaron en gastos y los llenaron de lujos, por el contrato que hicieron tuvieron que aceptar posar y hacer transmisiones especiales durante la ceremonia, pues se tenía que transmitir.
“La boda con Karla Panini fue lo más horrible del mundo, para ella y para mí”, dijo el comediante, quien relató que la televisora se encargó de muchas cosas que ellos no aprobaron, pero no pudieron negarse al estar bajo contrato.
Por otra parte, Karla Panini y Óscar Burgos no pudieron disfrutar de su boda, ya que tenían que estar realizando transmisiones para la televisora, así que en realidad no pasaron un buen momento con sus familias y amigos, pero lo peor fue que Televisa llevó a gente del público.
“No podíamos estar con nuestra familia, con nuestros amigos, eran fotos, fotos y fotos. No podíamos cenas porque, a parte, a Televisa se le ocurrió invitar a gente del público”, dijo.
Debido a esto, muchos amigos de la pareja decidieron no asistir al evento y los que sí estuvieron presentes no pudieron convivir con ellos, ni disfrutar tranquilamente de la fiesta, ya que las personas externas no dejaban de pedirles fotos.
“Fueron como tres o cuatro grupos, y luego se les pagaron pasajes a no sé cuántos artistas, y luego el banquete para... ching**, no sé”, recordó.
