La muerte de Marcela Alcázar, una joven de 33 años, ha generado consternación y polémica en Durango, pues la joven actriz falleció luego de asistir a un diplomado espiritual que incluyó el ritual Kambó, conocido por la aplicación del veneno de rana en la piel.
Esto es lo que se sabe sobre la muerte de Marcela Alcázar
Hasta ahora se ha dado a conocer que Marcela participó en el diplomado ‘Formación de Sanadores’ en el Centro Moyocoyani, donde se llevó a cabo el ritual Kambó. Durante el procedimiento, que implica quemaduras superficiales en la piel para aplicar veneno de la rana phyllomedusa bicolor, comenzó a presentar síntomas graves como vómitos, diarrea y convulsiones.
Según declaraciones de su hermana, Mariana Alcázar, los encargados del centro minimizaron los síntomas de Marcela, afirmando que "se le iba a pasar". A pesar de contar con una enfermera en el lugar, no se le brindó atención médica adecuada. Una amiga de Marcela tuvo que llamar al 911, pero no había ambulancias disponibles en ese momento.
Finalmente, su amiga logró trasladarla a la Cruz Roja, donde recibió atención médica; sin embargo, Marcela no logró sobrevivir.
Sumado a la negligencia del centro educativo, Mariana Alcázar denunció que los responsables del diplomado pidieron a la amiga de su hermana que mintiera sobre los hechos, sugiriendo que dijera que Marcela “ya estaba así” tras haber sido recogida en una fiesta.
¿Qué es el ritual Kambó casa de muerte de Marcela Alcázar?
El ritual Kambó tiene su origen en comunidades indígenas del Amazonas y ha ganado popularidad como práctica espiritual en otras partes del mundo. Implica la aplicación del veneno de la rana Phyllomedusa bicolor en quemaduras superficiales en la piel, lo que genera una rápida absorción de la toxina.
Según el Centro de Información Toxicológica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Kambó puede causar efectos adversos como:
- Dolores abdominales intensos.
- Vómitos y diarrea explosivos.
- Sudoración excesiva y taquicardia.
- Somnolencia y, en algunos casos, pérdida de la consciencia.
Aunque algunos promueven el Kambó como una práctica de "limpieza espiritual", expertos advierten que su uso puede ser peligroso, especialmente sin supervisión médica adecuada.