Lyn May es una de las vedettes más exitosas de México y prueba de ello es que a sus más de 70 años de edad continúa vigente en el mundo de los espectáculos, pero su ascenso a la fama no fue fácil, de hecho tuvo una infancia y juventud muy difícil, pues sufrió pobreza, situaciones de violencia, abusos y un embarazo adolescente.
Liliana Mendiola, mejor conocida en el mundo artístico como Lyn May, nació en 1952 en Acapulco, en donde vivía con su madre, su abuela y seis hermanos, pues su padre los abandonó cuando eran muy pequeños.
Los fuertes problemas económicos de la familia obligaron a Lyn May a trabajar vendiendo comida, dulces, caracoles y collares que elaboraba con su mamá y abuela, pero en uno de sus rondines por la orilla del mar conoció a un marino que le prometió que le ayudaría a salir de la pobreza.
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De acuerdo con lo dicho en ‘El minuto que cambió mi destino’, Lyn May tenía 14 años cuando el hombre de 40 años le pagó un viaje a la Ciudad de México y ella aceptó porque le prometieron que en la capital podría trabajar y conseguir más dinero para su familia, pero el marino le mintió y abusó de ella.
Producto de la violación, Lyn May resultó embarazada, algo que enfureció a su abuela y la obligó a casarse con el marino que era mucho mayor que ella y que en más de una ocasión la golpeó con la intención de que perdiera a su bebé.
“Nos echó a la policía hasta que lo encontraron y desgraciadamente nos casaron. A mí me tocó que el tipo ese me violara ahí y pues me embarazó, y luego ya me quería sacar a la niña a patadas, él no quería hijos, ya tenía hijos grandes, era un tipo muy vivido, me pegaba en el vientre”, relató a Gustavo Adolfo Infante.
Lyn May se escapó tras el nacimiento de su segunda hija
El tormento de Lyn May continuó por varios años y volvió a embarazarse, pero debido a que la vedette quería proteger a sus hijas, decidió escapar con ellas y fue así como volvió a Acapulco en busca de ayuda de su familia.
“Se viene la otra, luego luego, estaba muy chiquita, sino pues luego luego me hubiera ido pero me estuve ahí y tuve dos con ese (hombre). Decidí, cuando nació mi segunda hija, a los 16 días, yo dije ‘No, me voy’ y agarré a mis dos hijitas y me fui con mi abuelita, y ella me las empezó a cuidar y yo me iba a trabajar”, rememoró la ex bailarina.