Geraldine Bazán es una de las actrices que ha triunfado en las telenovelas, por lo que no es raro verla en este tipo de producciones, pero en el 2013 aceptó participar en el reality show ‘La Isla’, una experiencia que asegura le gustaría repetir, pero también sorprendió con confesiones sobre lo difícil que era permanecer en la competencia.
La actriz perteneció al equipo de los Famosos en la primera etapa y posteriormente en la pre fusión pasó al equipo de las celebridades, pero lo que fue un hecho fue que rápidamente forjaba amistades con sus compañeros, como ocurrió con Tania Rincón, quien también participó en esa edición del programa.
A varios años de su paso por ‘La Isla’, Geraldine Bazán y Tania Rincón se reencontraron en el podcast ‘La Caminera’ y platicaron de varias situaciones y el tema volvió a salir a la luz debido a que un seguidor le pidió que contara una anécdota desconocida sobre su paso por el concurso.
Geraldine Bazán aseguró que lo que se ve en televisión es mínimo a comparación de lo que los participantes viven durante la competencia y recordó que al no haber baños tenían que recurrir a peculiares técnicas.
“Tania y yo, obviamente, ‘La Isla’ es peor de que se ve, el día a día, es mucho peor de lo que se ve, no tenías donde hacer pipí, hacían letrinas, pero daba asco, preferías irte al monte, llegó el momento en el que Tania y yo teníamos tanta confianza que nos íbamos las dos solitas, tomadas de la mano, solo movíamos el traje de baño a un lado y hacíamos pipi paradas”, confesó la actriz.
Tania Rincón confirmó la versión de Bazán y hasta bromeó diciendo que en ningún momento dejaban de platicar: “Además seguíamos platicando, tomadas de la mano hacíamos la bonita sentadilla, mientras escuchábamos la maleza, esas plantas quedaron bien regadas con nuestro PH”, dijo entre risas.
Geraldine Bazán y Tania Rincón durmieron entre ratas en ‘La Isla’
Otra de las confesiones que más impactaron a sus seguidores fue que Geraldine Bazán explicó que al estar a la intemperie no solo se enfrentaron a los cambios de clima, sino a la fauna salvaje, en especial a las ratas que se acercaban cuando caía la noche.
“Comíamos una cucharada de arroz, ¿te acuerdas de la primera tormenta? Yo dije que iban a rescatarnos en helicóptero y no llegó nadie, al otro día te querías ir, un frío horrible. Cuando nos saltó la rata, dormimos y nos saltó, todo el mundo gritaba y brincaba", dijo.
De acuerdo con Geraldine Bazán no se trató de una situación aislada, sino que todas las noches ocurría lo mismo, así que ya dormían preparadas para que las ratas no pudieran hacerles algún tipo de daño.
“Ya después de la tercera noche sentías a la rata corriendo por todo tu cuerpo, entonces dormíamos con capucha, con botas, con los pantalones cargo y cuchareando”, explicó.