Edgar Vivar se ha convertido en una de las figuras del medio artístico más queridos, gracias a sus personajes en el Chavo del ocho, como “el señor Barriga” y “Ñoño”, así como participar en series de televisión como Vecinos con el papel de “Hipólito Menchaca”.
A lo largo de los últimos años, el artista ha preocupado por su estado de salud, debido a diversos problemas y crisis que ha sufrido. No obstante, ahora y tras la muerte de su mamá, el artista reveló que ha pensado en el día en que muera, además de confesar los actuales padecimientos que atraviesa.
Edgar Vivar habla sobre la muerte de su mamá
El 30 de enero se dio a conocer la lamentable noticia del fallecimiento de la mamá de Edgar Vivar, Elia Villanueva Falcón, y aunque el artista no declaró en su momento sobre su dolorosa pérdida, ahora compartió su sentir.
“Me encuentro en paz, el dolor es natural. Estoy en el proceso de aceptación. Lleva tiempo. Me transmitió mucha paz la manera en que mi mamá abandonó este mundo. Se fue bien, sin agonía, sin sufrimiento. Ella ya tenía los achaques propios de su edad”, dijo a la revista TVNotas.
Hasta el momento no se sabían las causas de la muerte de la señora Villanueva, sin embargo, ahora Vivar expresó haber sido debido a múltiples padecimientos, pues ya tenía 96 años.
“Falló su corazón. Tenía cierto grado de insuficiencia respiratoria y renal. Su salud mermó. Es algo que se tiene que asumir. Uno debe acostumbrarse. Estoy agradecido con Dios porque me permitió tenerla tantos años a mi lado”, expresó.
Edgar Vivar habla de su actual estado de salud y de día en que muera
El actor contó a la revista que después de la irreparable pérdida de su mamá, ha comenzado a pensar en su propia muerte, pues se ha encontrado con un complicado estado de salud.
“Ahora pienso en la muerte constantemente. Es una gran incógnita que tengo. No tengo prisa, pero sí una gran curiosidad de saber qué hay después, si existe algo. Estoy un poco delicado de la columna, pero en términos generales, bien. Me acabo de hacer estudios de laboratorio y todo en orden. Por 7 años tuve que usar un tanque de oxígeno portátil que estaba conectado a un concentrador. Gracias a Dios, ya no lo necesito”, aseguró.
