Apio Quijano, el cantante que forma parte del grupo Kabah, si bien logró alcanzar el éxito con la agrupación, lo cierto es que no ha tenido una vida sencilla, pues a lo largo de los años ha tenido que lidiar con varias cosas como el bullying que enfrentó en su infancia por ser afeminado.
Fue en entrevista con Gustavo Adolfo Infante donde el cantante habló de cómo es como persona, pues dijo es una persona “aguerrida, que a pesar del miedo que pueda tener, me aviento a hacer cosas, porque me aburro muy rápido, siempre quiero estar experimentando cosas diferentes. Eso me ha ayudado a tener varios éxitos, pero también varios fracasos”, dijo.
¿Cómo fue la infancia de Apio Quijano?
El periodista de espectáculos señaló que Apio Quijano tuvo una infancia complicada, por lo cual le pidió que contara a detalle que fue todo lo que vivió durante su niñez. “Fue una infancia espantosa, te lo podría decir. Me da mucho gusto que el bullying hoy en día se trate tanto en las escuelas, porque en mi época era de ‘ay, ¿Te molestan?’, pues ‘golpeale’. Yo sufrí de bullying muchos años de mi vida”, comenzó a explicar el cantante.
Apio Quijano compartió que estos maltratos por partes de otros niños los vivió durante la primaria y la secundaria, por lo cual en más de una ocasión lo tuvieron que cambiar de varias escuelas, pues era un niño especial y que no encajaba con el resto de sus compañeros.
“Era un niño muy vulnerable, muy sensible, tímido completamente, con una energía femenina y eso fue parte de la agresión que yo sufrí por muchos años y bastante. Llegué a un punto en el que dije 'Ya no quiero vivir' porque la gente no me quiere’”, externó el famoso.
El cantante externó que había dos maneras de bullying que le hacían, pues, por un lado, lo molestaban por ser el ‘raro’ del salón, ya que no convivía con casi nadie o porque lo llamaban ‘la niña” por las actitudes femeninas que algunas veces tenía.
Y si bien en la actualidad estas ofensas se las siguen diciendo en las redes sociales, estas ya no tienen ninguna validez para él, pues el mismo “comentario que le dicen desde el 86”, ya no le causa ninguna emoción a él, gracias a que ha trabajado en su amor propio. “Ya no tiene ninguna validez”, dijo.