Álex, hijo de Alejandro Fernández, ha sorprendido desde el momento que decidió comprometerse cuando tenía tan solo 26 años de edad, pues contrario a muchos de los miembros de su famosa familia que han tenido relaciones esporádicas con muchas personas, él se ha mantenido siempre fiel a su entonces novia Alexia Hernández, desde que comenzaron su noviazgo y hasta ahora no ha tenido otra pareja sentimental pública, tomando la decisión de formalizar su relación tras varios años juntos, esto con una lujosa boda civil que celebraron hace algunos meses.
Aunque se rumoraba que ese no sería el evento definitivo con el que celebraron su unión, pues estaban en espera de que las condiciones mejorarían para llevar a cabo su boda religiosa, el evento civil también fue extremadamente costoso, tan solo el vestido que llevó la joven costó más de 100 mil pesos y a pesar de no haber sido un evento masivo o contar con tantos invitados, sin duda fue una ceremonia costosa.
Pero a pesar de que ya han pasado algunos meses, la ceremonia religiosa no se ha llevado a cabo pero esto no quiere decir que la pareja no buscara casarse nuevamente y todo parece apuntar a que habrá no dos, sino tres bodas, pues recientemente salieron a la luz imágenes de la oreja casándose nuevamente, esta vez con una ceremonia más sencilla y bohemia en lo que fue llamado una ‘boda espiritual’.
En las imágenes que trascendieron se puede ver a la pareja en una especie de cabaña de madera en Puerto Vallarta, viendo al mar y con solo amigos cercanos como invitados, la pareja se unió nuevamente, esa vez a un nivel más espiritual, vistiendo de blanco, al igual que todos los invitados y descalzos, para estar más en contacto con la naturaleza, fue algo extremadamente íntimo y solo hay un par de fotografías del evento.
La joven y hermosa novia del también cantante, nuevamente causó revuelo con el vestido elegido para esta ceremonia, optó por un modelo sencillo, un vestido de tirantes no muy ajustado y con un escote en la espalda, además lo combinó con una corona de flores, llevando su cabellera suelta y una especie de decoración para los pies de encaje que simulaban las cuerdas de unas sandalias.